Relativo

27 de mayo de 2019

A veces me creo incorpórea al notar la carente falta de atención a mi persona.
No solo de otros, igualmente de mi parte.
Me duele el saber que no soy de importancia para mí, que no me tomo en serio, que no cuido de mí.
En un diario caminar conmigo podríamos pensar que me soy familiar, sin embargo no es así. La constante inconformidad no me permite ver mas adentro, la constante necesidad de llenar mi vacío porque no soy capaz de vivir conmigo, me cega el abismo, soy consciente de él, sin embargo no lo conozco.
El estómago me da vueltas con tan solo pensarlo... No sé quién soy, lo dije, no sé mis pasiones ni mis más profundos miedos, no sé qué me molesta ni qué me hace feliz, al parecer solo coexisto en ésta gran jaula al igual que muchos, en éste eterno sufrimiento anhelando deseos exactamente igual a otros. No es como que haya mayor diferencia de mí a algún otra pobre alma, sin embargo yo estoy consciente de ello, de mi vacío, de mi dolor, dormir no me hace descansar, la comida no me sabe, el sexo no es placentero, mis logros no son llenaderos.

No anhelo la muerte pues sé que no es respuesta, sin embargo tampoco anhelo la vida pues no tengo nada que ofrecerle.