05 de junio de 2020
No olvidaré aquel día donde mis ojos contemplaron al primogénito del sol naciente, su primer destello de luz.
No olvidaré el sentimiento de libertad golpeando mi cara, ni la brisa que sutilmente emanaba vida. No pude evitar quedar embelesada ante tal obra.
No olvidaré las palabras de mi padre resonando en cada partícula del universo declarando su amor por mí.
Y si llegase a olvidarlo, recordaré cada una de sus cuerdas guiándome a un nuevo mundo de amor y creación, dónde puedo renacer en él, porque ahora sé quién soy.
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